Alarma ambiental: el glaciar Perito Moreno también retrocede y crece la preocupación

Por primera vez en décadas, el glaciar Perito Moreno muestra un retroceso sostenido. Especialistas advierten que el fenómeno, hasta ahora reservado a otros cuerpos de hielo, podría generar consecuencias ambientales locales y globales.
El glaciar Perito Moreno, ícono del Parque Nacional Los Glaciares y símbolo de estabilidad dentro del mundo glaciológico, está comenzando a dar señales alarmantes de retroceso acelerado. Así lo confirmó Laura Zalazar, coordinadora del Inventario Nacional de Glaciares, quien detalló que este proceso —antes imperceptible— se intensificó durante los últimos tres años.
“Entre 1985 y 2005 el cambio fue inferior al 1%. Pero entre 2022 y 2025 se nota una diferencia bastante notoria. El problema es que se va acelerando”, explicó Zalazar.
Hasta hace poco, el Perito Moreno era una excepción en el mapa del retroceso glacial global. Su aparente equilibrio lo posicionaba como un “glaciar estable”, frente a las severas pérdidas de masa de otros glaciares andinos. Sin embargo, esa situación ya no es la misma. Y el fenómeno, según los especialistas, forma parte de una tendencia que afecta a la mayoría de los glaciares del planeta.
“Están en desequilibrio con el clima y van achicándose hasta alcanzar un nuevo equilibrio, acorde a esta nueva situación de cambio climático”, sostuvo la especialista.
Consecuencias locales y globales
El retroceso glaciar tiene múltiples efectos: no solo puede contribuir al aumento del nivel del mar, sino que también altera el ciclo hidrológico regional. En el caso del Perito Moreno, ubicado en una zona estratégica para el abastecimiento hídrico y la biodiversidad, el impacto podría sentirse más temprano que tarde.
“A medida que se achican, dejan de aportar agua. Además, la desestabilización puede generar riesgos, como desprendimientos o avalanchas de hielo”, advirtió Zalazar.
La importancia del monitoreo es clave. Los glaciares son una fuente vital de agua dulce y un termómetro natural del calentamiento global. Pero, en Argentina, el trabajo técnico enfrenta serias dificultades.
Sin fondos no hay monitoreo
El Inventario Nacional de Glaciares, creado por ley en 2010 y finalizado en una primera etapa en 2018, es la herramienta oficial para relevar y proteger estas masas de hielo. Actualmente, se está actualizando el informe con nuevos datos, comenzando desde el norte hacia el sur del país. No obstante, desde 2023, el programa enfrenta recortes presupuestarios que ponen en jaque las tareas de campo y monitoreo satelital.
“El monitoreo constante es más necesario que nunca. No hay otra forma de seguir la evolución del retroceso glaciar sin datos y trabajo en terreno”, remarcaron desde el organismo.
El retroceso del glaciar Perito Moreno se suma a la larga lista de alertas que el cambio climático viene emitiendo en todo el mundo. Pero en este caso, ya no se trata de un fenómeno lejano: está ocurriendo en uno de los paisajes más icónicos del país.