"Casa del Horror": Condenan a 7 y 12 Años de prisión al Padre y a la Madrastra
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David F. y Roxana V. fueron sentenciados por la Justicia de Santa Cruz a penas de 7 y 12 años de prisión, respectivamente, por los delitos de lesiones graves agravadas, amenazas y trato inhumano hacia los tres hijos del hombre, todos menores de edad. Los abusos ocurrieron durante cuatro años en lo que se ha denominado la “Casa del Horror” en Río Gallegos.
La Cámara Oral de la Primera Circunscripción Judicial, presidida por Joaquín Cabral y con los jueces subrogantes Eduardo López y Francisco Marinkovic, emitió el fallo que condena a David F., padre biológico de los niños, a 7 años de prisión, y a su pareja, Roxana V., a 12 años. El tribunal reconoció la gravedad de los crímenes, que incluyeron torturas físicas y psicológicas, obligando a los niños a vivir en condiciones infrahumanas.
Los tres hermanos, que sufrieron un verdadero infierno en su hogar, finalmente obtuvieron justicia después de años de sufrimiento. Dos de ellos lograron escapar y denunciar los hechos, lo que permitió que se iniciara una investigación que conmocionó a la provincia y al país entero.
Durante el juicio, se presentaron pruebas contundentes, incluidos testimonios de los niños, informes médicos y declaraciones de familiares. Los acusados, en su defensa, intentaron desviar la culpa hacia otras personas, pero sus argumentos fueron desmentidos por las pruebas presentadas. David F., por recomendación de su abogado, ofreció un testimonio débil y confuso, insinuando que los maltratos podrían haber sido cometidos por el padrastro de los niños. Roxana V., en cambio, se mantuvo en silencio durante todo el juicio, permitiendo que se leyera su declaración previa, donde también trató de culpar a otros.
El caso ha generado un fuerte llamado de atención sobre el maltrato infantil en Argentina, un problema que, según los fiscales y defensores de los derechos del niño, necesita una legislación más estricta. La fiscal Verónica Zuvic y Jorge Godoy, defensor del Niño, Niña y Adolescentes, subrayaron la importancia de que la sociedad no ignore señales de abuso y maltrato, instando a la comunidad a denunciar cualquier sospecha para evitar que se repitan tragedias como esta.
El mayor de los sobrevivientes expresó en el juicio: “Lo único que queremos es estar en paz, que no nos molesten más”. Gracias a la valentía de estos niños, finalmente podrán cerrar un capítulo doloroso en sus vidas.